Here’s another nugget from that dark and dirty vein, Spain’s colonial adventures. It’s from Vital Fité’s Las desdichas de la patria (The misfortunes of the motherland; 1899), in which he reflects on national destiny following the disastrous loss to the US of Cuba and the Philippines:
[Cites France, Austria, Russia, Prussia, Italy, England]
All these examples tell us clearly that when a people tries to regenerate, there is no such thing as the impossible. “Where there’s a will there’s a way,” the saying goes, and citizens, united, [should] contribute to the common cause the part corresponding to them.
In the same fashion Spain can soon recover all that it has lost in this catastrophe. It still retains the energy, vitality, valour and nobility that covered its name with glory, and with a firm intent to regenerate customs and feelings, it must achieve the position among the great powers that belongs to it on the basis of its history and character.
On this Pi y Margall says:
“In order to regenerate our country, we have to focus on intensifying by all means available a love for work; we must encourage all industries, provide farmers with the credit facilities they lack, stimulate our compatriots’ inventiveness, open schools everywhere, transform Institutes [I haven’t yet figured out the then(public) education system] into Schools of Arts and Trades, establish oral and practical education for illiterate adults, create, lastly, a nation of rhetoricians, a nation of workers. Much has to be done for regional autonomy, which will endow the regions with vigour, breath, strength, multiplying their industries and opening new sources of wealth. Not being able to expect of the State the benefits they enjoy today, they will arise from their lethargy and gain new life.
Pi i Margall opposed war with the US–a model democratic, federalist republic–and I’ve got a weak spot for vaguely mutualist anarchists like him and his inspiration, Proudhon, as well as for American laidbacks like Thoreau and Tucker. The problem is that if you tell people here you’re a libertarian, they immediately assume–for perfectly sensible historical reasons–that you’ll come back later, kill them, burn down their house and steal their automobile.
Si los males ajenos pudieran consolarnos, bastaría una rápida mirada por todos los pueblos del mundo para convencernos que todos ellos han sufrido tan terribles catástrofes como la que hoy aflige á España; y, sin embargo, exceptuando á la infeliz Polonia, que algún día alcanzará su antigua nacionalidad por el redentor empuje de la democracia universal, y dejando por imposibles á China, Turquía y Marruecos, como excepción de la regia, ningún pueblo que ha experimentado tales desgracias ha dejado de aplicar con vigor y energía el eficaz remedio á sus males, logrando en poco tiempo recobrar las fuerzas y el prestigio perdido.
Francia perdió el Canadá y la India, y más tarde, herida de muerte en Sedán, perdió también las importantes provincias Alsacia y Lorena, por lo que, despertando de su letargo y rompiendo las fuertes ligaduras que la retenían á sus vicios tradicionales, confió su salvación á hombres nuevos que la recuperaron prontamente el lugar que le correspondía entre las naciones de primer orden.
Austria, arrastrada á la guerra por las pasiones de familia, cual siervo que carece de todo derecho, presenció la entrada de Napoleón en Viena, perdió la Lombardía y el Veneto, y vióse envuelta en la inevitable ruina; pero cortando por lo sano, echando á bajo el privilegiado régimen del feudalismo que le originaba su decadencia, implantó las reformas democráticas que la salvaron de la catástrofe por aquel entonces.
Rusia se encontró en idéntico caso después de Sebastopol, pudiendo vencer al ejército invasor de sus grandes estados las heroicas resoluciones del patriotismo, por las que los mismos ciudadanos incendiaron y destruyeron sus propias casas y cosechas.
Prusia tuvo su derrota de Jena, que la impulsó á la defensa heroica de sus confederaciones, libertándole del opresor una juventud entusiasta liberal, y la explosión revolucionaria de 1848 le preparó el camino de la revancha, conseguida en 1870-71, logrando la unificación nacional de Alemania sobre los laureles de la victoria.
Italia sufrió la prisión del Papa; los destronamientos de los Reyes del Piamonte y de Nápoles; la proclamación de las Repúblicas Cisalpina y Liguriana, y la desmembración de algunos estados y, sin embargo, la unidad nacional se impuso y se consiguió por los patriotismos de los buenos ciudadanos.
Inglaterra perdió los Estados Unidos con la alegría general de Europa, que ha tratado siempre de aniquilarla y destruirla; llegó á quebrar su Banco por la ruina, y á pesar de todo ello, pronto apareció más fuerte de lo que era antes, y dictando su rastrera y odiosa voluntad á las demás naciones, logró hacerse temible sólo por su patriotismo.
Todos esos ejemplos nos dicen claramente que, cuando los pueblos tratan de regenerarse, no existe para ellos lo imposible. “El querer es poder”, se dicen, y los ciudadanos, todos á una, aportan á la obra común la parte de esfuerzo que les corresponda.
España del mismo modo puede recobrar en breve plazo todo cuanto ha perdido en esta catástrofe. Aún conserva sus energías, su vitalidad, el valor y la hidalguía que cubrieron de gloria su nombre, y con un firme propósito de regenerar costumbres y sentimientos, ha de alcanzar el sitio que por su historia y carácter le pertenece entre las grandes potencias.
Sobre este particular dice Pi y Margall:
“Para la regeneración del país, en lo que debemos fijarnos, es en avivar por todos los medios imaginables el amor al trabajo; alentar todas las industrias; procurar á los agricultores un crédito de que carecen; estimular la inventiva de nuestros compatricios; abrir en todas partes colegios; transformar los Institutos en Escuelas de Artes y Oficios; establecer la enseñanza oral y práctica para los adultos que no conozcan la lectura; hacer, por fin, de una nación de retóricos, una nación de trabajadores. Mucho se ha de conseguir por la autonomía de las regiones; cobrarán todas vigor, alientos, fuerza, multiplicarán sus industrias y abrirán nuevas fuentes de riqueza. No pudiendo esperar del Estado los beneficios de hoy, saldrán de su letargo y recobrarán nueva vida.”
Similar posts
- Weird word-initial stress: ási
I’m well aware of the whole ansí, ansina, asina, assí, etc etc business that preceded the standard así in contemporary mainstream - Languages and clouds
(Sad hippy post.) Everyone gets prizes here, and they’ve given sociolinguist Irene Lozano one for lamenting in Lenguas en guerra (Languages - Spain has been different for slightly longer than I thought
I always thought (and I think most people think) that “Spain is different” originated in the 1960s during Manuel Fraga’s period - Murcia, where men live off worms instead of vice versa
Silk as a wishful metaphor for - ¡Los cerditos han muerto!
¡Viva el
Comments