Visto pero no oído

El organillo y el cerdito vislumbrados.

Hay niños como este que ahorran y otros que me intentan robar el cerdito.

Hay niños como este que ahorran y otros que me intentan robar el cerdito.

Nos vinieron a visitar unas mujeres que querían regalarle algo a un extraterrestre:

Últimamente el organillo y yo nos encontramos a menudo entre much@ chic@ guap@, y está bien, pero no hay nada como volver a casa y nuestro propio puerco. La belleza no se sirve en raciones.

La semana que viene vamos toda la trinidad diez días a Madrid para ofrecer la obligatoria serenata porteña a Simeone y alguna cosa más.

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¡Canalla! by the way:


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Si los barceloneses barbudos no se ponen de acuerdo con los sin – ¿es así lo que pasa, no? – quizá tendremos que quedarnos. Pero, ¡qué horror! Tenemos a tanto amigote rosa y grueso en Osona.

Hace años escribía palabras e ideas para un laborista holandés que iba a hacer carrera en Bruselas, y solía decir, “Cuando lleguen los marcianos te vamos a mandar de embajador,” y evidentamente no era broma.

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