- Darás lo singular por universal.
- Ocultarás el trabajo acabado y darás por naturales las mercancías y los textos culturales.
- Te servirás de falsas analogías.
- Darás la impresión de objetividad, con el fin de ocultar tu posicionamiento personal.
- En todo tema de discusión, trazarás cuidadosamente los límites de lo aceptable. En otros términos, controlarás el orden del día.
- Darás la explicación más simple como si fuera la necesaria y la mejor, lo cual es un sofisma.
- Convertirás en ordinario lo que es extraordinario, diciendo, por ejemplo, que nuestros dirigentes son personas normales como nosotros.
- Crearás confusión, para provocar más interés en la superficie de las cosas que en el fenómeno en su conjunto.
- Crearás y alimentarás la ilusión de que la historia conduce exactamente al momento presente y a la situación actual.
- Te convertirás en un abanderado de la máxima: “imposible actuar de otro modo”.
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