El mío no funciona a cilindro sino a rodillo (digital), como los pianillos madrileños:
Imagen: Immanuel Giel.
… pero suena con aire y túbos igual que los organitos de Buenos Aires y esta maravilla de Atanasio Kircher. El mío todavía controla solamente un robot y no tiene asociación ninguna con la muerte, pero igualaré algún día al genio jesuita.
Hablo de ello en mi Breve Historia del Organillo, y es una dura advertencia de los horrores industriales que te esperan en mis conciertos Rebelión de las Masas.
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